jueves, 11 de septiembre de 2014

Hesicasmo


El hesicasmo, hesiquiasmo o, más raramente, esicasmo (del griego; en escritura politónica: ἡσυχασμός/hēsykhasmós, derivado de ἡσυχία/hēsykhía, "quietud, silencio, paz interior") es una doctrina y práctica ascética difundida entre los monjes cristianos orientales, principalmente los de la llamada Iglesia ortodoxa, a partir del siglo IV con los llamados Padres del Desierto.
El objetivo del hesicasmo es la búsqueda de la paz interior en unión mística con Dios y en armonía con la creación. Las tres características fundamentales del hesiquiasmo son: la soledad, como medio de huir del mundo; el silencio, para obtener la revelación del futuro y del mundo ultratarreno; y la quietud, para conseguir el control de los pensamientos, la ausencia de preocupaciones y la sobriedad.

Divulgada por Evagrio Póntico en el siglo IV d. C., es una tradición inicialmente eremítica de plegaria que se mantiene dentro del rito bizantino practicada para ἡσυχάζω/ hesykazo ("mantener la quietud") por los monjes hesicastas' ( en griego, los: Ἡσυχαστής/ hesykastes). La práctica del hesicasmo se mantiene aún en el Monte Athos y otros monasterios ortodoxos. En el Monte Athos recibió un impulso decisivo a partir de Gregorio Palamás ya en el siglo XII y luego con Filoteo Kokkinos y Nicolás Cabasilas, y así en siglos posteriores mediante los escritos de místicos y teólogos recopilados en el corpus de textos llamado Filocalia.
El hesiquiasmo tuvo gran difusión en los monasterios de Constantinopla (siglo XI), en los del monte Athos (siglo XIV) y los religiosos eslavos (siglo XVIII, Rusia). Su espiritualidad tuvo gran influencia en la teología ortodoxa, impregnándola hasta nuestros días con la mística del corazón.

Con alguna razón se ha calificado al hesicasmo como una práctica que mantiene semejanzas con el Oriente, es más, muy probablemente hayan existido influjos provenientes de la India; aunque algunos sostienen que la influencia pudo ser a la inversa; la parte central de la doctrina se basa en una re-unión con la deidad y para esto se da un conjunto de prácticas fisiológicas y psicológicas; por ejemplo mantener la inmovilidad física y psíquica (para esto lo más común era mirarse fijamente el propio ombligo) mientras se recita incesantemente la llamada "plegaria a Jesús" o "plegaria del corazón". la cual consiste en una reiteración de una misma frase según el ritmo relajado de la respiración. Al decir de los practicantes del hesicasmo, la unión mística y el ilapso (la iluminación) se les manifiesta con una luz similar a la que envolvió a Cristo en el monte Tabor (en griego: Φῶς του Θαβώρ Luz del Thabor). Dice el Evangelio según San Mateo 17:1-2. 1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, hermano de Santiago, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

La plegaria comentada, divulgada durante el siglo XIX en el texto Relato de un peregrino ruso (de autor anónimo) dice: "Señor Jesús Cristo, hijo de Dios, ten piedad de mí que soy pecador". Este recitado se practica actualmente:
  • Libre: Permite llenar el vacío entre los tiempos de oración y las actividades ordinarias de la vida y unirse a Dios en momentos de trabajo.
  • Formal: Concentrados y con exclusión de toda otra actividad.
La postura recomendada es estar sentado, disminuir la luz, cerrar los ojos, usar si se requiere un rosario. De ese modo, se dice, puede lograrse una mayor concentración. El primer método ha permitido la práctica a los laicos que llevan una vida activa. Antiguamente se hacía con la cabeza reclinada sobre el pecho, lo cual llevó a que los hesicastas fueran acusados por sus adversarios, en particular por el monje Barlaam de Calabria (siglo XIV), de practicar una mera onfaloscopía, es decir, contemplación del ombligo. Otro opositor importante –dentro de la Iglesia Ortodoxa Griega– al hesicasmo fue Nicéforo Gregoras. Actualmente esta oración se ha popularizado en Occidente a través del texto Relatos de un peregrino ruso que propone una forma libre de oración.
Entre sus seguidores destacó Nicéforo, que ideó un «método físico» para alcanzar más fácilmente un estado de contemplación, explicado en su libro Sobre la sobriedad y la guarda del corazón.

Pese a lo aparentemente anodino de tal praxis, el hesicasmo provocó importantes conflictos en el ya desfalleciente Imperio bizantino del siglo XIV al quedar divididas a su favor o en su contra (por el quietismo implicado en el hesicasmo) las principales autoridades religiosas cristianas de tal imperio durante aproximadamente una década (ca. 1341~1351), lo que contribuyó a la debilidad ante los turcos. Con todo, en dos ocasiones un concilio aprobó como ortodoxa la defensa que Gregorio Palamás hacia del hesicasmo, primero en 1341 y después en 1351. Palamás fue nombrado arzobispo de Tesalónica y canonizado después de su muerte. Las simpatías populares estaban del lado de Palamás.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Cántico de las criaturas (Cantico delle creature). Francisco de Asís



El Cántico de las Criaturas (en italiano: Cantico delle creature; en latín: Laudes Creaturarum), también conocido como Cántico del Hermano Sol, es un cántico religioso cristiano compuesto por San Francisco de Asís (1181-1226) en dialecto umbro a finales del año 1224 o principios del 1225, cuando se encontraba enfermo y casi ciego, como una alabanza a todas las criaturas terrenales así como a las fuerzas de la naturaleza. El texto contiene además algunos elementos de la lengua latina, toscana e italiana. Es considerado como una de las primeras obras escritas en lengua italiana. De acuerdo con la tradición, este cántico fue entonado por primera vez por el propio san Francisco de Asís y por los hermanos León y Ángel, dos de sus compañeros más cercanos.

Contrariamente a otros cánticos religiosos de esa época, el Cántico de las Criaturas no se enfoca únicamente a Dios, a la Virgen o a otros santos, sino que le agradece al Creador por otras criaturas como el “Hermano Fuego”, la “Hermana Agua”, la “Hermana Tierra” y todas las criaturas del mundo. Mostraba así su creencia que todo lo creado era obra divina y que todos los seres debían tratarse como “hermanos” y “hermanas”. Además, San Francisco advierte del grave riesgo de irse de este mundo en pecado mortal.
Históricamente, el o Cántico de las Criaturas fue mencionado por primera vez en Vita Prima de Tommaso da Celano, en 1228.

Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor por la hermana Agua,
la cual es muy humilde, preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego, por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran en pecado mortal.
Bienaventurados los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alabad y bendecid a mi Señor
y dadle gracias y servidle con gran humildad...