Estadio de Nemea (Grecia)
Hay una raza de los hombres y una raza de los dioses; y de una única madre ambas sacaron su aliento. Pero los poderes asignados nos dividen: el hombre es nada, pero para los dioses el cielo de bronce perdura como un hogar seguro para siempre. Sin embargo, presentamos cierto parecido a los inmortales, o en la grandeza de mente o en la naturaleza, aunque no sabemos, de día o de noche, hacia qué meta la fortuna ha escrito que debemos correr.
Píndaro,
Odas nemeas, VI, 1-6.
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