martes, 13 de diciembre de 2011

Anath y Baal (1)

 Templo de Baal en Palmira (Siria)

Entonces Anath también va de aquí para allá, sobre cada montaña hasta el corazón de la tierra, sobre cada colina hasta el corazón de los campos. Llega al lugar placentero, los hermosos campos de la playa de la Muerte. Llega hasta Baal caído. Se cubre los lomos con sayal. Se corta la piel con una piedra, con pedernal en lugar de navaja, se corta mejillas y barbilla, ara su pecho como un jardín. ¡Baal ha muerto!
¿Qué será del pueblo? ¡El hijo de Dagon se ha ido! ¿Qué será de las multitudes? En lugar de Baal nos hundiremos en la tierra. Abajo con ella viene la luminaria de los dioses, la dama Shapash, el Sol.
"Levanta, te lo suplico, sobre mí al poderoso Baal". La Antorcha, la luminaria de los dioses, la dama Shapash, el Sol, obedece. Levanta a Baal el poderoso; sobre los hombros de Anath lo pone con seguridad y Anath le lleva a las alturas de Tsaphon del norte. Llora por él y lo entierra. Le deposita en los huecos de las numinosas sombras de la tierra.
Mata setenta búfalos como ofrenda funeral al poderoso Baaal.
Mata setenta bueyes que aran como ofrenda funeral al poderoso Baal.
Mata setenta ovejas como ofrenda funeral al poderoso Baal.
Mata setenta ciervos como ofrenda funeral al poderoso Baal.
Mata setenta cabras de la montaña como ofrenda funeral al poderoso Baal.
Mata setenta asnos como ofrenda funeral al poderoso Baal,
como corresponde al cuñado de los dioses.
Entonces inmediatamente vuelve su cara hacia El en la convergencia de  los Dos Ríos, en medio de los manantiales del doble abismo. Penetra en la montaña de El, entra en el santuario del Rey, Padre de los Años; cae a los piel de El y le rinde homenaje, se prostra y le adora.
Ella levanta su voz y grita:
"¡Ahora deja que se alegre Athirat y sus hijos, Elat y la compañía de sus parientes, porque Baal el poderoso ha muerto!"

Mito de Baal. G. I AB, col. VI-H. I AB, col. I

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