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martes, 29 de marzo de 2016
Simeón el Estilita (c. 388-459)
Simeón el Mayor nació alrededor del 388 en Sisan, cerca de la frontera norte de Siria. Al principio de su vida se dedicó al pastoreo. Antes de cumplir dieciséis años entró a un monasterio y desde ese momento se dedicó a practicar una austeridad tan severa y extravagante a los ojos de sus hermanos de religión quienes pensaron- sabiamente quizás- que no estaba llamado a ningún tipo de vida comunitaria. Viéndose forzado a salir del monasterio, se encerró durante tres años en una choza en Tell-Neschin, donde por primera vez pasó toda la Cuaresma sin comer ni beber. Posteriormente eso se convirtió en un hábito para él. Y a esa práctica añadía la de estar de pie mientras sus piernas lo soportaran. Más tarde, fue capaz de mantenerse en esa posición sobre una columna y sin apoyo durante todo el período de ayuno.
Luego de tres años en la choza, Simeón buscó un promontorio rocoso en el desierto y se obligó a permanecer en un angosto espacio de menos de quince metros de diámetro. Pero turbas de peregrinos empezaron a viajar al desierto para pedirle consejos y oraciones, sin dejarle tiempo para sus devociones. Ello lo llevó a buscar una nueva forma de vida.
Simeón mandó levantar una columna con una pequeña plataforma en la parte más alta, y decidió pasar sobre ella el resto de su vida. Al principio, la columna no pasaba de los tres metros de alto, pero fue sustituida por otras, la última de las cuales estaba a más de 15 metros sobre el piso. Por más extravagante que haya sido ese estilo de vida, definitivamente causó un tremendo impacto en sus contemporáneos y la fama del asceta se extendió por toda Europa. En Roma se llegó a formar una gran colección de pinturas del Santo, hecho que el escritor moderno Holl cita como un factor de gran importancia en el desarrollo del culto a las imágenes. Pero aún desde la cima de sus columnas, nunca se alejó de la relación con sus hermanos humanos. Los visitantes podían subir utilizando una escalera que estaba siempre lista para recargarse contra la columna. Sabemos que escribió cartas, algunos de cuyos textos aún existen; instruyó discípulos y dirigió discursos a la gente que se congregaba a sus pies. Parece ser que había una pequeña balaustrada alrededor de la plataforma sobre la columna, sin embargo, nada cubría el sitio, y jamás se permitió usar Simón la comodidad de un techo. Durante sus primeros años sobre la columna, Simeón mandó erigir una estaca a la que se ataba durante la Cuaresma para obligarse a mantenerse erguido, pero después él mismo dejó esta práctica.
Grandes personajes, tales como el Emperador Teodosio y la Emperatriz Eudocia manifestaron enorme reverencia por el Santo y escucharon sus consejos; el Emperador León puso respetuosa atención a la carta que Simeón le dirigió a favor del Concilio de Calcedonia. En cierta ocasión, el santo enfermó y Teodosio le envió a tres obispos para que le suplicaran bajara de la columna y fuese atendido por los médicos. No aceptó y decidió dejar su curación en manos del Señor; en poco tiempo sanó. Luego de pasar treinta y seis años sobre la columna, Simón murió el viernes 2 de septiembre del 459. Antioquía y Constantinopla se disputaron sus restos mortales. Se le dio preferencia a Antioquía y en ella se depositaron la mayor parte de sus reliquias como protección de la ciudad, que no contaba con murallas. Las ruinas del amplio edificio levantado en su honor se conocen como Qal’at Sim’ân (la mansión de Simeón) y aún existen. Consiste en cuatro basílicas dentro de un patio octogonal, orientadas en dirección de los cuatro puntos cardinales. En el centro del patio se encuentra la columna de san Simón. Su festividad se conmemora el 5 de enero.
lunes, 14 de marzo de 2016
Menas de Alejandría (285-309)
San Menas de Alejandría, también llamado Minas, Mina, Mena, Mennas (Menfis, 285 - Abu Mena, 309) fue un mártir y taumaturgo cristiano, uno de los más conocidos santos de Egipto, debido a los muchos milagros que son atribuidos a su intercesión y oración. Fue un egipcio que se enroló en el ejército, y que estando en el mismo confesó a Cristo a pesar del edicto de persecución, por lo que fue martirizado en Karm Aba Mina, cerca de Alejandría, a comienzos del siglo IV. Es conocido como uno de los Padres del yermo. Su fiesta se celebra el (24 de noviembre) en la Iglesia ortodoxa copta y el 11 de noviembre en las iglesias católica y ortodoxa.
Mena era su nombre original, y de acuerdo con la historia, su madre lo llamó así porque oyó una voz diciendo «Amén». Menas (Μηνάς) es una variante griega del nombre, mientras que en árabe se le conoce como Mina (مينا).
Menas nació en la antigua Alejandría, hoy Egipto en el año 285 AD, en la ciudad de Niceous (o Nakiyos Nikiu), que se encuentra en las cercanías de Menfis. Sus padres fueron ascetas, pero no tuvieron hijos por un largo tiempo. Su padre era Eudoxio y el nombre de su madre era Eufemia. En la fiesta de la Virgen María, Eufemia estaba orando delante de un icono de Santa María, pidiéndole con lágrimas que intercedioera ante Dios para que la bendijera con un hijo. Un sonido llegó desde el icono, diciendo «Amén». Unos meses más tarde, Eufemia dio a luz a un niño y, recordando ese día, lo nombró «Menas».
Eudoxio, quien era gobernante de una de las divisiones administrativas de Egipto, murió cuando Menas tenía catorce años. A la edad de quince Menas se unió al ejército romano, y se le dio un puesto más alto debido a la reputación de su padre. Su nombramiento fue en Argelia. Tres años más tarde abandonó el ejército deseoso de dedicar su vida entera a Cristo. Se dirigió hacia el desierto para vivir una vida diferente.
Después de pasar cinco años como un ermitaño, Menas vio en una revelación a los ángeles coronando a los mártires con coronas de gloria, y experimentó el deseo unírseles. Mientras estaba pensando en eso, oyó una voz que decía: «Bienaventurado eres Menas, ya que has sido llamado a la vida piadosa desde tu niñez. Se te concederán tres coronas inmortales: una por el celibato, otra por tu ascetismo y una tercera a causa del martirio.» Menas posteriormente se apresuró a bajar al poblado vecino, donde se celebraba una fiesta en honor de sus dioses paganos, declarando su fe cristiana. La valentía con que encaró las torturas que sufrió a consecuencia de ello, atrajo a muchos de los presentes no solo a la fe de Cristo, sino al martirio.
Los soldados que ejecutaron a Menas pusieron su cuerpo al fuego durante tres días, pero el cuerpo se mantuvo incólume. La hermana de Menas sobornó a los soldados y logró llevarse el cuerpo. Ella se embarcó en un barco rumbo a Alejandría, donde quedó el cuerpo del santo en una iglesia.
El momento de la persecución terminó, durante el papado de San Atanasio de Alejandría, y un ángel se apareció al Papa y le ordenó que el cuerpo de Menas fuera colocado en un camello dejado enfilado hacia el desierto líbico. En cierto lugar cerca de un pozo de agua al final del Lago Mariout, no lejos de Alejandría, el camello se detuvo y no hubo modo de moverlo. Los cristianos pensaron que se trataba de una señal de Dios y enterraron allí el cuerpo de Menas.
Los bereberes de la Pentápolis libia se levantaron contra las ciudades alrededor de Alejandría. A medida que la gente se preparaba para hacerles frente, el gobernador romano decidió tomar en secreto el cuerpo de San Menas como reliquia para defensa del pueblo. A través de las bendiciones del santo, el gobernador regresó victorioso. Sin embargo, decidió no devolver el cuerpo a su lugar original, sino llevarlo a Alejandría. En el camino de regreso, al pasar por el lago Mariout, en el mismo lugar donde fue enterrado el cuerpo originalmente, el camello que lo llevaba se arrodilló. La gente trasladó el cuerpo a otro camello que tampoco se movía. El gobernador finalmente se dio cuenta que se trataba de la voluntad de Dios, y mandó hacer un ataúd de madera resistente a la erosón y colocó en él un ataúd de plata.
Durante el siglo V, la ubicación del cuerpo quedó en el olvido. Años más tarde, un pastor estaba dando de comer a sus ovejas en ese lugar, y un cordero que estaba enfermo se curó. La historia se extendió rápidamente y los enfermos sanaban. Durante ese tiempo, la hija del emperador Zenón era leprosa. Sus consejeros le dijeron que fuera a ese santo lugar. Durante la noche San Menas se apareció a la niña y le informó que su cuerpo había sido enterrado en ese lugar. A la mañana siguiente, la joven se curó, y relató su visión sobre el santo a sus criados.
Zenón ordenó de inmediato que el cuerpo de Menas fuera removido y puesto en una catedral que se construyó allí. Una gran ciudad se construyó en nombre del santo. Los enfermos de todo el mundo cristiano solían visitarla y fueron curados.
Debido a que fue bautizado por Pedro de Alejandría y dada su indubitable historicidad, se le identifica a veces con San Cristóbal.
miércoles, 2 de marzo de 2016
Serapión de Thmuis (c.300-c. 370)
Serapion (denominado «el Escolástico» según Jerónimo de Estridón) fue un padre del yermo, obispo de la villa egipcia de Thmuis, provincia de Augustamnica, a mediados del siglo IV, así como escritor religioso en griego antiguo.
Debió nacer hacia el año 300 y se retiró cuando era joven al desiero, donde fue discípulo de San Antonio Abad. Encabezó después una comunidad monástica antes de ser obispo de la villa de Thmuis antes de 339. Parece haber participado en el Concilio de Sárdica (343) y estuvo en la embajada que en 353 envió Atanasio, patriarca de Alejandría, reinando el emperador Constancio II, para defenderse de las acusaciones de los arrianos. Hacia 359, Constancio lo hizo sustituir por el arriano Ptolomeo en la diócesis de Thmuis. Estaba aún vivo hacia 370 (año de tres fragmentos de cartas a Serapión de Apolinar de Laodicea).
Se han conservado cinco cartas de Atanasio de Alejandría dirigidas a Serapión de Thmuis: una, de 358, refiere la muerte de Arrio; las otras cuatro, sin duda de 359, son exposiciones dogmáticas sobre la cuestión de la divinidad del Espíritu Santo.
Serapión fue tema del §99 del De viris illustribus de San Jerónimo, quien le atribuye un «destacado» tratado contra los maniqueos, otro sobre los títulos de los Salmos y unas cartas "útiles" dirigidas a diversas personas (al menos 55).
A día de hoy, subsisten su Contra los maniqueos, dos cartas o epístolas enteras (una, breve, dirigida a un colega obispo Eudoxo, quien quería dimitir a causa de problemas de salud; la otra, dirigida a los discípulos de San Antonio Abad, conservada solamente en traducciones sìríaca y armenia) y fragmentos diversos, en especial de epístolas, en griego o en traducción siríaca. Una Epístola a los monjes que celebraba la vida monástica, considerada tradicionalmente como auténtica, ha sido descartada definitivamente por K. Fitschen. En las Catenae (cadenas exegéticas) sobre el Génesis, trece fragmentos son atribuidos a Serapión por los manuscritos, pero el mismo K. Fitschen no asegura la autenticidad sino de tres (las otras vienen, de hecho, de Severiano de Gabala).
Un sacramentario (εὐχολόγιον) que lleva el nombre de Serapión de Thmuis ha sido reencontrado en 1894 en un manuscrito que data del sgilo XI del Monasterio de la Gran Laura del monte Athos. Se trata de una colección de treinta rezos litúrgicos (sobre la comunión, el bautismo, las órdenes, etc.) que abarcan dieciocho folios del manuscrito. El nombre de Serapión aparece en el título de dos rezos solamente (la primera y la decimoquinta), pero el conjunto de los textos podría tener el mismo autor. Sin embargo, tras un artículo de Bernard Botte aparecido en 1964, la atribución a Serapión ha sido fuertemente contestada (a causa del uso de un vocabulario teológico inverosímil en un discípulo de Atanasio de Alejandría).
El Contra los maniqueos de Serapión de Thmuis ha sido largo tiempo confundido con el de Titus de Bostra: a consecuencia de un accidente de transmisión (un manuscrito deshecho y recompuesto), sus textos han sido entremezclados. El tratado más corto de Serapión ha sido reconstruido en 1894 par A. Brinkmann. La fecha es de en torno a 330 y es la más antigua refutación cristiana conservada del Maniqueísmo (junto con el diálogo de Hegemonios).
Su fiesta se celebra el 21 de marzo.
martes, 23 de febrero de 2016
Besarión de Scete (c. 400)
Nació en el seno de una familia cristiana. Pronto se sintió atraído por la “vida angélica” de los ascetas. Fue discípulo de san Antonio Abad, que como él vivió el evangelio con toda su radicalidad, desprendiéndose de todo cuanto tenía, después se puso bajo la dirección de san Macario en el desierto de Scete en Egipto.
Su soledad estaba acompañada del evangelio donde encontraba su
inspiración; abandonó a su segundo maestro y fue mendigo y peregrino por amor de
Dios.
Es muy venerado por los griegos. Su nombre se hizo célebre muchos siglos después de su muerte, gracias al cardenal Besarión (1403-1472) a quien el prior del monasterio le impuso ese nombre cuando lo ordenó. Su fiesta se celebra el 6 de junio.
jueves, 11 de febrero de 2016
Palemón (?-ca. 330)
Palemón († ca. 330) fue un abad de la Tebaida, fundador junto con su discípulo Pacomio del monasterio de Tabennisi, en el año 330. Tras las persecuciones contra los cristianos se retiró al desierto y llevó vida de ermitaño, dedicado a la oración. Es conocido como uno de los Padres del yermo.
Pacomio buscó a Palemón y venció las reticencias de éste para aceptarlo como discípulo y compañero. Crearon entre los dos uno de los primeros monasterios de la Tebaida, en el que impusieron las costumbres de la vida eremítica: rezo en silencio, soledad y sacrificio (a veces pasaban toda la noche de pie, orando y haciendo penitencia para dominar las tentaciones de la carne). Utilizaban hojas de palmera para saciar el hambre provocada por los ayunos.
Palemón figura en el Martirologio Romano y su fiesta se celebra el día 11 de enero. Por la Iglesia ortodoxa su fiesta se celebra el 12 de agosto.
martes, 26 de enero de 2016
Pacomio de Tebas (h. 287-h. 346)
Pacomio fue un soldado romano del siglo IV que luchó en el bando de Majencio en la Segunda Tetrarquía. Se convirtió al cristianismo en el transcurso de un viaje a Alejandría, altamente impresionado por las buenas cualidades que pudo ver entre los cristianos de aquellas tierras, en especial la caridad. Fue entonces cuando decidió retirarse como ermitaño para llevar una vida de oración y austeridad, junto a uno de los templos de Serapis que por aquel entonces se hallaba en ruinas. Pacomio es conocido como uno de los Padres del yermo. Figura en el Calendario de Santos Luterano.
Tras un tiempo de vida como ermitaño decidió crear una regla para monjes en comunidad que debían tener el trabajo como medio de subsistencia importante. Con esta regla monástica sentó las bases para lo que fuera más tarde el Ora et labora que proclamó San Benito. Los monasterios creados por Pacomio llegaron a ser centros fabriles de producción, con un recinto rodeado por un muro, en el que había cabida hasta para mil monjes repartidos en las distintas casas. Dentro del cercado había distintas edificaciones y en cada una trabajaban y oraban cuarenta monjes. A su vez cuatro de estos edificios formaban una comunidad con 160 monjes. Al frente del conjunto del monasterio había un abad. Cada cierto tiempo se reunían todos los frailes para tratar asuntos comunes y de religión. Estas reuniones se hicieron célebres con el nombre de pacomias.
La vida monástica de los pacomios tuvo gran aceptación entre las comunidades cristianas. A la muerte de Pacomio existían ya nueve monasterios de monjes y dos de monjas, siendo el primero de todos el que fundó en Tabennisi cerca de Denderath (Egipto). Murió hacia el año 346. Su festividad es el 9 de mayo.
lunes, 18 de enero de 2016
Onofre (c. 320-c. 400)
San Onofre (alrededor de 320 en Etiopía - en torno al año 400 quizás en Siria) es un santo muy honrado y recordado hoy en día por los coptos, y venerado también por la iglesia católica. Es conocido como uno de los Padres del yermo y su festividad se celebra el 12 de junio.
Al parecer San Onofre fue hijo de un rey egipciaco o abisinio y que vivió en el siglo IV. El diablo logró que su progenitor lo entregara a las llamas como prueba de si era o no hijo adulterino. Onofre, igual que el profeta Daniel, resultó ileso.
Ya de niño entró en un convento de la Tebaida egipciaca (monjes que vivían en el desierto). De adulto abandonó el cenobio y marchó a vivir de ermitaño. La tradición relata que una luminaria le acompañó en el itinerario hacia lo que sería su ermita. Sólo comía dátiles y agua. Como vestimenta únicamente poseía sus propios cabellos y hojas de palma o hierbas del desierto entretejidas. Un ángel le daba pan a diario y los domingos también la comunión. Sobrevivió de esta forma durante 60 años.
Pafnucio fue discípulo suyo y en una de sus visitas a los eremitas, lo encontró en un estado deplorable de salud con su cuerpo deformado, barba canosa y cabellos de gran longitud; le hizo compañía hasta que falleció a las pocas horas para, después, relatar cómo era este titán de la penitencia encarado con los pecados del orbe. Pafnucio puso por escrito la vida y obras de san Onofre.
La tradición añade que cuando murió un coro angélico le rindió honores y alabanzas.
Se le representa como un santo provecto de luengas barbas y envuelto en sus propios cabellos. También puede aparecer situado en el desierto, en ocasiones al lado de él aparecen: la regla de san Antonio Abad, el cráneo y la cruz que presidían sus meditaciones, la palmera de cuyos dátiles se alimentaba e incluso una alforja (símbolo de las raciones que nunca le faltaron).
miércoles, 25 de noviembre de 2015
Macario de Alejandría (h. 310-h. 408)
Este insigne anacoreta del siglo IV es uno de los mejores ejemplos de la vida ascética, con la tendencia al retiro del mundo y apartamiento a la soledad, que tanto predominó en este tiempo. Además, constituye una excelente prueba del tránsito de a vida puramente solitaria a la de comunidad o cenobítica, que se fue imponiendo a fines del sigo IV y durante el siglo V. De él nos informa ampliamente, sobre todo, Paladio, en su Historia Lausíaca, que es la más antigua y fidedigna historia del primer desarrollo del monacato.
Era originario de Alejandría, de donde se deriva e renombre con que es generalmente conocido; pero es denominado asimismo el Joven, en contraposición a San Macario de Egipto (15 de enero), llamado también el Viejo, aunque, a decir verdad, ambos son casi rigurosamente contemporáneos. Además, debe distinguírsele también de otros varios Macarios, célebres en los anales de la vida monástica, pues no puede olvidarse que la palabra griega macarios significa feliz o bienaventurado.
Así, pues, Macario de Alejandría, antes de entregarse a la vida de ascetismo cristiano, desempeñó hasta los cuarenta años e oficio de mercader de frutos o confitería, que dio pie, ya desde antiguo, a que sea considerado como patrono del ramo de los pasteleros. En a flor de la edad, cuando contaba cuarenta años, siguiendo la corriente ascética del tiempo, se retiró a la vida solitaria, donde perseveró con indomable constancia durante unos sesenta años, hasta su muerte. Ni la fecha de su nacimiento ni la de su muerte nos son conocidas, pero debió nacer hacia el año 310 y morir hacia el 408, casi centenario.
Cuando se retiró a la soledad, a mediados del Siglo IV, era el tiempo en que en todo Oriente, particularmente en los desiertos de Egipto, se halaba en su máximo apogeo a vida anacorética. Más aún. Con San Antonio Abad había tomado cada vez más consistencia el género de vidas de las comunidades de ermitaños, que vivían en sus celdas separados, pero se juntaban para algunos ejercicios ascéticos y estaban bajo la dirección de algún maestro señalado; y con San Pacomio se daba comienzo a una vida de estricto ascetismo, pero dentro de un lugar cerrado y bajo la obediencia de un superior y observancia de una regla. Es la vida cenobítica o de comunidad, que recibió su más pleno desarrollo, en Oriente con las dos reglas de San Basilio, y en Occidente con las de San Agustín y de San Benito.
Según atestigua Paladio, Macario inició su vida solitaria en el desierto de Egipto. Tal vez se puso en un principio bajo la dirección de algunos maestros de más prestigio, para aprender de ellos el verdadero ascetismo cristiano. Tal vez se unió a una de las colonias de as que estaban bajo dirección de San Antonio Abad († 356) o de algún otro de los maestro de la vida ascética que admitían discípulos. Tres eran los desiertos de Egipto, célebres por las grandes multitudes de solitarios, colonias de anacoretas y cenobios incipientes. El más alejado era e de la Escitia, en os límites de la Libia. Seguía e de las Celdas y de Nitria, que ocupaban grandes extensiones en la parte central. El tercero era el del Bajo Egipto, más próximo a Alejandría. Pues bien, consta que Macario recorrió estos diversos desiertos, pero que desarrolló definitivamente su vida ascética y llegó a ser un ejemplo y guía de anacoretas en la región de las Celdas, con una especie de colonias al estilo de San Antonio. Por e mismo tiempo, en el desierto de Escitia, desarrollaba una vida muy semejante y reunía en torno suyo gran número de discípulos Macario el Viejo. Ambos fueron verdaderas lumbreras del ascetismo cristiano de estos tiempos. Paladio nos refiere que , en los últimos años de la vida de Macario el Joven, estuvo con él en su cabaña y fue testigo de la vida que él y los demás discípulos llevaban. Por esto su testimonio es enteramente fidedigno.
La vida de Macario el Joven y de sus discípulos, conforme a la relación de Paladio, era de una austeridad extraordinaria. Cada anacoreta tenía su celda separada, donde vivía en la más absoluta soledad durante la emana; pero los sábados y domingos se reunían para os oficios divinos. Ocupábanse en la oración; observaban en trabajos manuales, como tejer esteras o cosas semejantes, que les ayudaran a fomentar la contemplación y unión con Dios. En general, era admirable la alegría, buen espíritu y aun la buena salud corporal, de que disfrutaban aquellos solitarios, a pesar de que su comida se reducía a lo más frugal e indispensable para mantener la vida. Sanos de cuerpo y de alma, aquellos anacoretas, bien orientados por sus excelente maestros, vivían sólo para Dios, a quien se habían consagrado por completo.
Para que el ejemplo de su vida fuera más humano y más completo, Dios permitió que fuera víctima de persecuciones y aun calumnias. Estas llegaron a tal extremo, que por algún tiempo se vio forzado a abandonar su celda y fue desterrado por la fe católica, por obra de Lucio, patriarca arriano de Alejandría. Más aún. Dios permitió igualmente que fuera su alma probada con la mayor obscuridad espiritual. Efectivamente, movido de su ansia de contemplación, refiere Paladio que se encerró dentro de su celda con el propósito de permanecer en ella cinco días seguidos. Los dos primeros días se sintió inundado de dulzura celestial: pero al tercero se sintió acometido de tal turbación y guerra del enemigo, que se vio obligado a volver a su vida normal. Por esto observaba él a sus discípulos qué Dios se retira en ciertas ocasiones, para que los hombres experimenten su propia debilidad y reconozcan que la vida es una lucha.
No es, pues, de maravillar que con una vida tan santa recibiera de Dios la gracia especial de hacer milagros Tal vez algunos de los que se le atribuyen entren en el campo de la leyenda; pero ciertamente constituyen excelentes lecciones prácticas de su vida, profundamente ascética.
Respecto de su muerte, Tillemont señala el año 394, pero es más probable que tuvo lugar hacia el 408, pues se sabe que murió contando unos cien años de edad y que nació a principios del siglo IV. Algunos le han atribuido una regla para los monjes. Tal vez se puede relacionar con esta regla lo que San Jerónimo copia en su carta a Rústico. Por otra parte, el bien conocido Codex Regularum, de San Benito de Aniano presenta una regla con el nombre de los dos Macarios, Serapión, Pafnucio de Escitia, Serapión de Arsinoe, etc. En el desierto de Nitria se mantuvo, durante varias centurias, un monasterio que lleva el título de San Macario. Su culto se introdujo en Oriente ya en la antigüedad. Su fiesta se celebra el 2 de enero.
domingo, 5 de julio de 2015
Macario de Egipto (?-h. 391)
Macario el viejo, Macario el grande o Macario de Egipto fue un eremita egipcio, considerado santo.
Originario del alto Egipto, a la edad de 30 años es miembro de una colonia monástica al oeste del delta del Nilo en el lugar llamado Deir Abu Makar. Discípulo de San Antonio, remarcado por una santidad precoz, por lo cual se le apodaba el «joven anciano».
Sacerdote a los 40 años, se dijo que poseía el don de sanación y de profecía. Fue firme opositor de la herejía de Arrio, por lo que hacia el 374 estuvo exiliado a una isla del Nilo por el obispo arriano Lucio de Alejandría. Regresó, sin embargo, al desierto para ahí terminar sus días siendo mayor de 90 años, hacia el año de 391.
Es conocido como uno de los Padres del yermo. Se le atribuyen 50 homilías griegas. Se celebra su fiesta el 19 de enero, según el novus ordo (antiguamente se celebraba el 16 de febrero, según el vetus ordo).
lunes, 8 de junio de 2015
Thais (s. IV)
José de Ribera: Santa Thais
Se dice que Thais vivió en el siglo IV en el Egipto romano. Se la incluye en la literatura en las vidas de los santos de la iglesia griega. Existen dos esbozos biográficos: uno en griego quizá del siglo V (está traducido al latín en la Vita Thaisis por Dionisio el Exiguo (Dionisio el pequeño) durante el siglo VI o VII); el otro esbozo ha llegado a tiempos modernos en latín medieval por Marbodio de Rennes (m. 1123). También aparece en martirologios griegos por Maurolico y Greven, aunque no en los martirologios latinos. Las vidas de los santos y eremitas del desierto egipcio, incluida santa Tais, fueron recopiladas en la Vitae Patrum. Ha surgido recientemente la perspectiva de que su historia es "probablemente sólo un cuento moral inventado con propósitos edificantes." No obstante, santa Thais sigue apareciendo en el calendario eclesiástico, con fiesta el 8 de octubre.
Thais es descrita primero como una cortesana rica y bella viviendo en la prestigiosa ciudad de Alejandría, a los ojos de la iglesia una pecadora pública. Con el tiempo, sin embargo, indagó sobre el cristianismo y luego se convirtió. En su Vita un monje disfrazado entró en sus habitaciones para desafiarla y convertirla, pero se encuentra con que ya cree en Dios, a quien nada queda oculto. La identidad de esta persona que instruye y ofrece a Thais la oportunidad de transformación espiritual no queda clara, y son tres los nombres se mencionan: san Pafnucio (obispo egipcio de la Tebaida Superior), san Besarión (discípulo de san Antonio Abad en el desierto egipcio) y San Serapión el Escolástico (San Serapión de Thmuis, obispo en el Delta del Nilo). Después de su aceptación en la Iglesia, entró en una celda conventual con provisiones para tres años, y durante ese tiempo hizo penitencia por sus pecados. Cuando salió después, se dice que vivió entre las monjas del desierto egipcio sólo durante un breve período de quince días, luego murió.
miércoles, 20 de mayo de 2015
Pafnucio (ca. 251-360)
San Pafnucio (ca.251-Egipto, 360), discípulo de San Antonio Abad.
Pafnucio fue monje del monasterio de Pispir (Dayr al Maymun en la actualidad). Salió de él para ser obispo en una ciudad de la alta Tebaida en Egipto cuyo nombre se ignora. Cuando se produjo la persecución de Galerio, Maximiano y Maximino Daya, Pafnucio fue uno de los confesores de Cristo por lo que fue condenado a trabajar en las minas después de haberle arrancado el ojo derecho.
Puesto luego en libertad, combatió el arrianismo y aunque a veces se ha pensado que asistió al concilio general de Nicea (325), se ha demostrado que no fue así. El emperador Constantino lo trató con singular deferencia. Su nombre está inscrito en el martirologio romano el día 11 de septiembre. Es conocido como uno de los Padres del yermo. En la cultura popular, es el santo que ayuda a encontrar objetos perdidos.
jueves, 23 de abril de 2015
Pablo de Tebas (h. 228-342)
Pablo de Tebas, Pablo el ermitaño o Pablo el egipcio fue un eremita egipcio nacido aproximadamente hacia el año 228 en la región de Tebaida, en las riveras del río Nilo y fallecido en el año 342. Es venerado en la Iglesia católica y en la Iglesia copta como santo y es considerado por la tradición cristiana como el primer ermitaño que existió. Su memoria litúrgica se celebra el 15 de enero.
Fue objeto de una hagiografía compuesta por san Jerónimo llamada Vita Sancti Pauli primi eremitae (cf. Migne PL 23 17-28) y escrita durante la segunda mitad del siglo IV. Según este texto Pablo era egipcio de una familia rica y habría recibido una excelente educación, cultivada en el estudio de la cultura egipcia y el idioma griego. Dejó todo para irse al desierto, tras ser denunciado por ser cristiano por algunos familiares que querían apoderarse de su patrimonio, durante la persecución del emperador romano Decio. De acuerdo con la narración de Jerónimo, Pablo no volvió a la ciudad y pasó el resto de su vida en el desierto y se alimentaba del pan que le traía un cuervo. Al final de su vida recibió la visita de Antonio Abad a quien pidió ser sepultado con la túnica que éste último había recibido del obispo Atanasio en una fosa excavada, siempre según los relatos de Jerónimo, por un par de leones.
Se trata en realidad de una serie de lugares comunes sobre vidas de eremitas que hacen ver lo poco que se sabe o sabía Jerónimo de su biografiado. Sin embargo, queda el dato de que desde el año 250 habría comenzado su vida de ermitaño no sin intervenir en algunas ocasiones en las problemáticas de la Iglesia de los alrededores. Es conocido como uno de los Padres del yermo.
En la iconografía cristiana se le representa a menudo junto a Antonio Abad, con el cuervo, los dos leones y su túnica hecha de hojas de palmera.
En este santo católico se inspira la Orden de San Pablo Primer Eremita (monjes paulinos), fundada en Hungría en el siglo XIII por el beato Eusebio de Esztergom. Posteriormente durante el reinado de Luis I de Hungría el relicario de su cuerpo fue llevado clandestinamente desde Venecia al reino magiar, donde se les rindió culto primero en la capilla real del palacio de la ciudad de Buda a partir de del 4 de octubre de 1381, y posteriormente el 14 de noviembre fue llevada al monasterio de la orden Paulina de Budaszentlőric, el cual se convirtió en el centro de muchos peregrinos húngaros y extranjeros que acudían a honrar al santo (se sabe por registros posteriores que en 1426 fue en preregrinación el caballero Rainaldo degli de Albizz, y Pierre Choqué). En esta época el relicario de la cabeza de San Pablo aún se hallaba en el castillo de Karlstein en Bohemia, hasta que en 1523 los checos se la entregaron al rey Luis II de Hungría, y el 23 de mayo se unieron por vez primera después de muchos siglos los dos relicarios del cuerpo y cabeza. Luego de la invasión turca otomana de 1521 pocas reliquias de santos lograron ser salvadas y llevadas a sitios seguros. Se desconoce el paradero exacto de los restos de San Pablo y se presume que fueron destruidos. La cabeza se conserva en Roma.
martes, 14 de abril de 2015
Antonio Abad (251-356)
San Antonio o Antón Abad (Heracleópolis Magna, Egipto, 251 – Monte Colzim, Egipto, 356) fue un monje cristiano, fundador del movimiento eremítico. El relato de su vida, transmitido principalmente por la obra de san Atanasio, presenta la figura de un hombre que crece en santidad y lo convierte en modelo de piedad cristiana. El relato de su vida tiene elementos históricos y otros de carácter legendario; se sabe que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño y que atendía a varias comunidades monacales en Egipto, permaneciendo eremita. Se dice que alcanzó los 105 años de edad.
Antonio Abad nació en el pueblo de Comas, cerca de Heracleópolis Magna, en el Bajo Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir a una comunidad local haciendo vida ascética, durmiendo en un sepulcro vacío. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en el desierto. Más tarde se fue internando mucho más en él, para vivir en absoluta soledad.
Es el patrón de los animales ya que le agradaban mucho y siempre los cuidaba. Se le suele representar acompañado de un cerdo.
De acuerdo con los relatos de san Atanasio y de san Jerónimo, popularizados en La leyenda dorada del dominico genovés Santiago de la Vorágine en el siglo XIII, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto. La tentación de san Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por numerosos pintores de importancia.
Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños junto a Pispir y otro en Arsínoe. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo, en absoluta soledad. Abandonó su retiro en 311 para visitar Alejandría y predicar contra el arrianismo.
San Jerónimo, en su vida de Pablo el Simple, un famoso decano de los anacoretas de Tebaida, cuenta que Antonio fue a visitarlo en su edad madura y lo dirigió en la vida monástica; el cuervo que, según la tradición, alimentaba diariamente a Pablo entregándole una hogaza de pan, dio la bienvenida a Antonio suministrando dos hogazas. A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales.
Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre en ocasiones representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban el cerdo a sus pies.
Se afirma que Antonio vivió hasta los 105 años, y que dio orden de que sus restos reposasen a su muerte en una tumba anónima. Sin embargo, alrededor de 561 sus reliquias fueron llevadas a Alejandría, donde fueron veneradas hasta alrededor del siglo XII, cuando fueron trasladadas a Constantinopla. La Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, conocidos como Hospitalarios, fundada por esas fechas, se puso bajo su advocación. La iconografía lo refleja, representando a san Antonio con el hábito negro de los Hospitalarios y la tau o la cruz egipcia que vino a ser su emblema.
Tras la caída de Constantinopla, las reliquias de Antonio fueron llevadas a la provincia francesa del Delfinado, a una abadía que años después se hizo célebre bajo el nombre de Saint-Antoine-en-Viennois. La devoción por este santo llegó también a tierras valencianas, difundida por el obispo de Tortosa a principios del siglo XIV.
La orden de los antonianos se ha especializado desde el principio en la atención y cuidado de enfermos con dolencias contagiosas: peste, lepra, sarna, enfermedades venéreas y sobre todo el ergotismo, llamado también fuego de san Antón o fuego sacro o culebrilla. Se establecieron en varios puntos del Camino de Santiago, a las afueras de las ciudades, donde atendían a los peregrinos
afectados.
Su fiesta se estableció el 17 de enero tras el traslado de sus reliquias al Delfinado.
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