jueves, 30 de enero de 2014

Evangelio de la Verdad



El Evangelio de la Verdad es uno de los textos gnósticos de los apócrifos del Nuevo Testamento encontrado en los códices de Nag Hammadi. Existe en dos traducciones coptas, una casi completa en el primer códice (el Códice Jung) y otra fragmentaria en el número doce. El Evangelio de la Verdad fue escrito probablemente en griego entre 140 y 180 por gnósticos valentinianos (o, como algunos dicen, por el propio Valentín). Ireneo de Lyon lo conoció, aunque puso objeciones a su contenido gnóstico y lo declaró herético. Ireneo lo considera una de las obras de los discípulos de Valentín y el parecido de la obra con otras de Valentín y sus seguidores ha hecho que muchos estudiosos estén de acuerdo con Ireneo. El texto se consideró perdido hasta el descubrimiento de Nag Hammadi.

El texto está escrito con un fuerte acento poético (notable incluso en las traducciones) e incluye una presentación cíclica de los temas. No es un evangelio en el sentido de ser un relato de los hechos de Jesús de Nazaret, sino que es más bien una homilía. El texto está considerado por los estudiosos como uno de los mejor escritos de toda la colección de Nag Hammadi. Es altamente considerado como gran obra literaria y como exégesis gnóstica sobre varios evangelios, tanto canónicos como apócrifos. No todos los especialistas consideran que el texto sea gnóstico. Paterson Brown ha argumentado con fuerza que los tres evangelios coptos de Nag Hammadi (el de Tomás, el de Felipe y el de la Verdad) no son gnósticos en su contenido, ya que explicítamente afirman la realidad básica y la santidad de la vida encarnada, que el gnosticismo por definición considera ilusoria o mala.

El texto describe una teoría del surgimiento del Error en forma personificada. La ignorancia y el anhelo de ver al Padre crían el miedo, que se fusiona en una niebla en la cual el Error va ganando poder. Luego describe a Jesús como enviado por Dios para eliminar la ignorancia. Jesús era un maestro que confudía a los otros escribas y maestros y afirmaba que eran necios ya que intentaban comprender el mundo analizándolo según la Ley. Pero el Error se enojó con esto e hizo clavar a Jesus en la cruz. También describe cómo el conocimiento garantiza la salvación, que constituye el descanso eterno, describiendo la ignorancia como una pesadilla.

Habiendo contado la parábola del buen pastor de manera esotérica, dice a continuación que alimentar a los hambrientos y dar reposo a los cansados tiene que ser comprendido como alimentar el hambre espiritual y dar descanso a la fatiga del mundo. Sigue luego una parábola acerca de la unción cuyo significado es oscuro. Es una metáfora del conocimiento que presenta el símbolo del ánfora sellada, que significa que está llena y que se ha puesto el sello final al rompecabezas del mundo porque ya comprendemos, pero sin esto, los fragmentos de comprensión que se han reunido pueden ser fácilmente deshechos.

Aparte de una explicación final acerca de lograr el descanso por la gnosis, el resto del texto es un tratado acerca de la conexión que existe entre la relación del Hijo con el Padre y la relación de un nombre con su poseedor. El primer ejemplo de esto es la frase "el nombre del Padre es el Hijo", que debe ser comprendida de manera esotérica como que el Hijo es el nombre, más bien que el Hijo era un nombre del Padre.
A diferencia de los evangelios canónicos, este evangelio no contiene un relato de la vida de Jesús o de sus enseñanzas. Este evangelio, como otros textos gnósticos, proclama la predestinación.

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