domingo, 20 de mayo de 2012

Iglesia greco-católica ucraniana






La Iglesia greco-católica ucraniana (en ucraniano Українська греко-католицька церква) es la más numerosa de las Iglesias orientales católicas autónomas en plena comunión, sui iuris, con la Santa Sede de la Iglesia católica. Se separó de la obediencia romana en 1054, tras el cisma de Constantinopla, pero fue readmitida en 1652. El primado de esta Iglesia, en unión con el papa, recae en el llamado Arzobispo Mayor de Kiev-Halych y toda Rusia, aunque la jerarquía ucraniana ha solicitado que sea elevado a patriarca.

Esta Iglesia se encuentra geográficamente muy dispersa, teniendo 40 eparquías en una docena de países de cuatro continentes, incluyendo otros tres metropolitanos en Polonia, Estados Unidos y Canadá.
Sus lenguas litúrgicas habituales son el llamado eslavo eclesiástico antiguo y el ucraniano.
Al caer en el siglo XVIII la mayor parte de los territorios de Ucrania estaba bajo el dominio de los zares de Moscú, éstos iniciaron una sistemática persecución al cristianismo ucraniano católico. Solamente la parte occidental de Ucrania, con Lviv como capital, que permaneció bajo Austria y después bajo Polonia, pudo conservar la comunión eclesial con Roma. Esta Iglesia prosperó bajo el carismático liderazgo del metropolita Andrés Sheptytsky, que fue arzobispo de Lviv desde 1900 a 1944.
A medida que la Rusia ortodoxa expandía su control sobre Ucrania, la unión fue gradualmente suprimida. En 1839, el zar Nicolás I de Rusia abolió la unión en todo el territorio ruso. De este modo, hacia finales del siglo XIX los greco-católicos casi habían desaparecido.

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial la mayor parte de Galitzia fue anexada a la Unión Soviética. La nueva administración comunista actuó decisivamente para exterminar a la Iglesia greco-católica de Ucrania: en abril de 1945 todos sus obispos fueron arrestados y sentenciados a trabajos forzados. El metropolita Joseph Slipyj, cabeza de la Iglesia, fue enviado a prisión en Siberia. No fue puesto en libertad hasta 1963, para ser enviado exiliado a Roma. En ese mismo año le fue dado el título de Arzobispo Mayor de los Ucranianos de Lviv, y en 1965 fue creado cardenal. Murió en 1984.
En 1989, acercándose la caída del comunismo, a los greco-católicos ucranianos se les concedió el derecho de registrarse ante el Gobierno. Con el apoyo de las autoridades locales, los ucranianos católicos gradualmente tomaron posesión de sus antiguas parroquias. Todo esto fue el preludio de un fuerte resurgimiento del catolicismo en la región.
En 1991 el cardenal Myroslav Iván Lubachivsky, exiliado jefe de la Iglesia ucraniana, fue habilitado a salir de Roma y tomar residencia en Lviv. En 1992, los obispos greco-católicos ucranianos de todo el mundo fueron convocados para un sínodo en la misma ciudad por primera vez en varias décadas, y ese mismo año los restos del cardenal Joseph Slipyj fueron trasladados desde Roma a Lviv, donde fueron sepultados cerca del metropolita Andrés Sheptytsky. En julio de 1993 se crearon cuatro diócesis nuevas.

Después del restablecimiento de esta Iglesia en Ucrania, el sínodo de obispos se reúne regularmente. El Primer Concilio General de los Ucranianos greco-católicos se celebró en Lviv en octubre de 1996. Debido a la mala salud del cardenal Lubaschivsky, monseñor Lubomyr Húsar fue nombrado Administrador de la Iglesia ucraniana greco-católica.
El 14 de diciembre del año 2000 murió el cardenal Lubaschivsky y fue nombrado como su sucesor Lubomyr Húsar, quien fue después nombrado cardenal.
En junio del 2001, el papa Juan Pablo II realizó una visita pastoral a Ucrania por invitación del presidente y los obispos greco-católicos y latinos. Los sitios principales de la visita fueron Kiev, la capital nacional, y Lviv. En su visita a Ucrania, el Papa celebró la beatificación de 27 mártires y 3 siervos de Dios y bendijo de la nueva Universidad Católica de Ucrania.
En la actualidad, esta Iglesia cuenta con 3.240 comunidades parroquiales, 78 monasterios, 755 escuelas dominicales, 12 instituciones educativas, 2721 iglesias (y se están construyendo otras 306), 16 obispos, 1976 sacerdotes, 590 monjes, 729 monjas y 1.298 seminaristas.



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